La fortaleza de Antonio
Había una vez en el hospital de Guadalajara un niño llamado Antonio, que tenía solo tres años y estaba muy enfermo de los pulmones.
A pesar de estar débil y cansado, Antonio siempre tenía una sonrisa en su rostro y mucha energía para jugar con sus juguetes. Un día, mientras Antonio estaba jugando en su habitación del hospital, llegó la enfermera María a revisarlo. "¡Hola, Antonio! ¿Cómo te sientes hoy?" -preguntó la enfermera con cariño.
Antonio miró a la enfermera con sus grandes ojos brillantes y respondió: "¡Hola, María! Estoy un poco cansado pero con ganas de jugar". La enfermera sonrió y le dijo: "Eres un valiente, Antonio.
Pronto te pondrás mejor si sigues siendo tan fuerte". Antonio asintió con determinación y continuó jugando. De repente, escucharon pasos apresurados acercándose a la habitación. Era el doctor Ramírez, quien había traído consigo una sorpresa para Antonio.
"¡Hola, campeón! Tengo algo especial para ti", dijo el doctor Ramírez mientras sacaba de su maletín un libro de cuentos ilustrado.
Los ojos de Antonio se iluminaron al ver el libro y exclamó emocionado: "¡Wow! ¡Qué lindo libro! ¿Vamos a leer juntos?"El doctor Ramírez asintió y se sentó junto a Antonio para comenzar a leerle cuentos llenos de aventuras y fantasía. Mientras tanto, la enfermera María observaba emocionada la conexión entre el niño y el médico. Días pasaron y Antonio seguía luchando contra su enfermedad con valentía.
Cada vez que se sentía débil o triste, recordaba las historias que le había contado el doctor Ramírez y encontraba fuerzas en ellas.
Una tarde soleada, después de semanas de tratamiento intensivo, el doctor Ramírez entró en la habitación de Antonio con una gran sonrisa en su rostro. "¡Antonio! ¡Tengo excelentes noticias! Tus pulmones están mejorando rápidamente gracias a tu valentía y alegría". Los ojos de Antonio se iluminaron como nunca antes al escuchar las palabras del médico.
Se sentía feliz sabiendo que pronto podría salir del hospital y volver a casa con su familia. Finalmente, llegó el día en que Antonio recibió el alta médica.
Se despidió emocionado del personal del hospital que lo había cuidado con tanto amor y dedicación. El doctor Ramírez le regaló el libro de cuentos como recuerdo de su valentía.
Y así fue como Antonio demostró que incluso en los momentos más difíciles, mantenerse positivo y fuerte puede hacer milagros. Desde entonces, cada vez que alguien preguntaba por él en el hospital de Guadalajara, todos recordaban al niño lleno de cariño que inspiraba esperanza a todos los que lo rodeaban.
FIN.