¡La Gran Aventura de la Familia Oso!



Era un hermoso día soleado cuando la familia oso decidió irse de fin de semana a la montaña. El papá oso, la mamá oso, el osito Juanito y su hermana osita Lila estaban muy emocionados.

- “¡No puedo esperar a ver las flores en el bosque! ” - exclamó Lila mientras daba saltitos.

- “¡Y yo quiero hacer un gran picnic! ” - añadió Juanito con su voz de oso pequeño.

Después de un fantástico fin de semana de aventuras en la naturaleza, la familia regresó a casa. Pero, al llegar, algo extraño sucedió. Al intentar abrir la puerta, el papá oso se dio cuenta de que había olvidado las llaves.

- “¡Oh no! ¡Las llaves quedaron dentro de casa! ” - dijo el papá oso angustiado.

- “¿Qué vamos a hacer ahora? ” - preguntó Lila, mirando a su alrededor.

Juanito, que era un osito muy curioso y pequeño, tuvo una idea.

- “¡Esperen! Puedo entrar por debajo de la puerta. Soy chiquito, ¡así que puedo hacerlo! ”

La mamá oso miró a su pequeño hijo con cariño y preocupación.

- “Pero, Juanito, es un lugar muy estrecho...”

- “No te preocupes, mamá. Yo puedo hacerlo. ¡Confía en mí! ”

La familia miró al pequeño con admiración.

- “¡Dale, Juanito! ¡Tú podés! ” - animó Lila.

Con determinación, Juanito se agachó y se deslizó por debajo de la puerta. Una vez dentro, empezó a buscar las llaves. Mientras tanto, la familia oso esperaba nerviosa.

- “¿Lo habrá logrado? ” - murmuró papá oso.

- “¡Tengo fe en mi hermano! ” - dijo Lila.

De repente, Juanito apareció de nuevo entre las patas de la puerta, levantando las llaves en una de sus pequeñas manitas.

- “¡Las encontré! ¡Las encontré! ” - gritó con alegría.

- “¡Bravo, Juanito! ¡Sos un héroe! ” - exclamó la mamá oso mientras le hacía un abrazo.

- “¡Vamos a abrir la puerta! ” - dijo el papá oso emocionado.

Juanito entregó las llaves al papá oso, quien las usó para abrir la puerta. Todos entraron felices por fin a su hogar.

- “¡Qué aventura! ¡Eras un verdadero aventurero, Juanito! ” - dijo Lila mientras entraban.

- “Sí, pero nunca debo olvidar las llaves de nuevo” - respondió el papá oso, riéndose.

Luego de todo lo vivido, la familia se sentó a la mesa para hacer un picnic dentro de casa y hablar sobre su emocionante fin de semana.

- “Un gran fin de semana se terminó, pero aún nos quedan muchas aventuras por vivir juntos” - concluyó mamá oso, sonriendo.

Y así, la familia oso aprendió que a veces los problemas pueden resolverse de maneras sorprendentes, y que lo más importante es siempre apoyarse unos a otros. Al final del día, cada uno tenía su propia historia que contar.

FIN.

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