La Gran Captura de Juana



Juana estaba muy emocionada por pasar el fin de semana con sus primos. Habían planeado ir de pesca y ella nunca había hecho eso antes.

Se despertó temprano el sábado por la mañana, se vistió rápidamente y corrió hacia el auto donde su familia la esperaba. - ¡Buenos días, Juana! -dijo su mamá sonriendo-. ¿Estás lista para un día lleno de aventuras? - ¡Síííí! -respondió Juana emocionada mientras saltaba al asiento trasero del auto.

Cuando llegaron al lago, Juana no podía creer lo hermoso que era. El sol brillaba en el agua y los árboles rodeaban todo el lugar. Su papá sacó las cañas de pescar y les enseñó cómo usarlas.

- ¿Vamos a pescar juntos, Juana? -preguntó su primo Lucas. - Sí, vamos -respondió ella sonriendo. Pasaron horas intentando atrapar peces, pero ninguno parecía querer morder el anzuelo. A pesar de esto, se divirtieron mucho juntos hablando sobre todo tipo de cosas.

De vez en cuando alguien gritaba "¡Ahí viene uno!" pero siempre terminaban perdiéndolo antes de poder atraparlo. Finalmente, después del almuerzo, algo empezó a moverse en la línea de Juana.

Ella comenzó a girar la manivela lentamente mientras todos observaban con entusiasmo. Después de varios minutos luchando contra él, finalmente logró sacarlo del agua: ¡un pez enorme! - ¡Lo hiciste! -gritó Lucas abrazándola-.

¡Ese pez es gigante! Juana estaba tan emocionada que no podía dejar de sonreír. Se sentía muy orgullosa de sí misma y feliz por haber pasado un día increíble con su familia. - ¿Podemos volver a hacer esto pronto? -preguntó Juana mientras cargaban todo en el auto para regresar a casa.

- Claro que sí, mi pequeña pescadora -respondió su papá sonriendo-. Pero la próxima vez, intentaremos atrapar algo aún más grande. Juana asintió emocionada pensando en todas las aventuras futuras que tendrían juntos.

Sabía que incluso si no lograban atrapar ningún pez, siempre habría algo especial al compartir momentos como este con los seres queridos.

FIN.

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