La gran solución de Valentín y Matías



Había una vez en el barrio de Villa del Parque, en Buenos Aires, dos amigos llamados Valentín y Matías.

Estaban emocionados porque habían sido aceptados en la universidad para estudiar ingeniería, pero cuando llegó el primer día de clases se dieron cuenta de que no tenían los útiles necesarios para tomar apuntes.

Valentín miró a Matías con preocupación y le dijo: - ¡Che, Mati! ¿Vos trajiste algo para anotar? Yo me olvidé por completo de comprar un cuaderno y una lapicera. Matías frunció el ceño y respondió:- No, Valen. Tampoco traje nada. Creí que vos lo tenías todo listo. Los dos amigos se sintieron desanimados al pensar que no podrían tomar buenos apuntes en clase.

Pero entonces, recordaron algo importante: su abuela Marta les había enseñado desde pequeños que siempre hay soluciones creativas para resolver los problemas.

Decididos a encontrar una solución, Valentín y Matías se dirigieron a la biblioteca de la universidad en busca de algo que pudieran usar. Fue entonces cuando vieron un cartel que decía: "Reciclemos juntos". Eso les dio una idea brillante. - ¡Ya sé! -exclamó Valentín-. Podemos reutilizar papel viejo y hacer nuestros propios cuadernos caseros.

Matías asintió emocionado:- ¡Sí! Y también podemos pedir prestada una birome a algún compañero. Los dos amigos se pusieron manos a la obra.

Recogieron hojas sueltas de papel reciclado que encontraron en la biblioteca y las doblaron por la mitad para formar sus cuadernos improvisados. Luego buscaron a alguien dispuesto a prestarles una birome y así lograron tener todo listo justo a tiempo para el comienzo de las clases.

Durante ese primer día de universidad, Valentín y Matías tomaron apuntes diligentemente en sus cuadernos hechos a mano. A pesar de no tener los útiles tradicionales, se sentían orgullosos de haber encontrado una solución creativa y sostenible para su problema.

Al finalizar la jornada, su profesora les felicitó por su iniciativa e ingenio:- Chicos, están demostrando ser verdaderos ingenieros desde el primer día al encontrar soluciones creativas a los desafíos que se les presentan. Esa es una cualidad muy valiosa en nuestra carrera.

Valentín y Matías sonrieron satisfechos al darse cuenta de que no necesitaban tenerlo todo perfectamente planificado desde el principio. Lo importante era estar dispuestos a buscar alternativas innovadoras cuando surgieran obstáculos en el camino.

Desde ese día, los dos amigos aprendieron que con creatividad, determinación y trabajo duro podían superar cualquier dificultad que se les presentara en su camino hacia convertirse en grandes ingenieros. Y así comenzaron juntos una nueva etapa llena de aprendizaje e inspiración.

FIN.

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