La Guerra del Amor y la Amistad
Era un día soleado en el barrio de Los Olmos, donde tres amigos inseparables, Josué, Daniel y Emiliano, disfrutaban de la tarde jugando al fútbol. Pero mientras pateaban la pelota, una nueva compañera llegó a la escuela: Fernanda. Su risa iluminaba el lugar, y pronto, los tres amigos se dieron cuenta de que les gustaba un montón.
– "¡Mirá a Fernanda! Es un sol", dijo Emiliano, mientras se acomodaba su gorra.
– "Sí, es genial, pero también es muy divertida", agregó Daniel, sonriendo.
– "Voy a intentar conquistarla", declaró Josué, con una mirada decidida.
Esa tarde, la amistad de los tres amigos se puso a prueba. Cada uno decidió intentar conquistar a Fernanda a su manera. El juego ya no solo se trataba del fútbol. Ahora era una competencia de gestos y atenciones.
Josué comenzó a hacerle notas de amor que dejaba en su escritorio.
– "Fernanda, tu sonrisa me ilumina el día", escribió.
Daniel, por su parte, programó una tarde de picnic en el parque.
– "¡Vamos a jugar a las cartas y comer alfajores!", le dijo, emocionado.
Emiliano, no queriendo quedarse atrás, decidió invitarla a un paseo en bicicleta por el barrio.
– "¿Te gustaría dar una vuelta y disfrutar del aire libre?", la llamó.
Las semanas pasaron, y cada uno creía que tenía las chances de ganar el corazón de Fernanda. Pero, en lugar de todo esto, la situación se volvió un poco incómoda. Fernanda se dio cuenta de que los tres chicos estaban intentando conquistarla, pero no sabía qué hacer. Se sentía atrapada. Entonces Fernanda decidió llamarlos a todos para hablar.
Un día, mientras estaban en el parque, se sentaron juntos en un círculo.
– "Chicos, necesito hablar con ustedes", dijo Fernanda, con un tono serio.
– "¿Te molesta que intentemos conquistarte?", preguntó Josué, un poco nervioso.
– "No, pero no quiero que todo se convierta en una competencia entre ustedes. Me gusta estar con ustedes como amigos", explicó Fernanda.
Josué, Daniel y Emiliano se miraron desconcertados.
– "¿Entonces, no tenemos que competir?", preguntó Emiliano, sin entender del todo.
– "Eso es, la amistad es más importante que cualquier cosa. Aprecio lo que hacen, pero yo no puedo elegir a uno solo", dijo Fernanda con una sonrisa.
Las palabras de Fernanda hicieron reflexionar a los chicos. Se dieron cuenta de que su amistad era más valiosa que cualquier otra cosa.
– "Tal vez podríamos ser amigos todos y disfrutar juntos", sugirió Daniel.
– "¡Sí! Podríamos hacer un club de amigos y hacer cosas divertidas!", propuso Josué entusiasmado.
– "¡Genial! Además, podríamos invitar a más chicos y chicas del barrio", agregó Emiliano.
Desde ese día, el grupo de amigos se reforzó. Hicieron un club donde organizaban actividades, como juegos en el parque, competencias deportivas y hasta eventos culturales. Fernanda se convirtió en una amiga clave, organizando los juegos y asegurándose de que todo estuviese equilibrado y divertido.
Un día, mientras estaban en su club, cuando la tarde caía y el sol se ocultaba, Emiliano miró a sus amigos y dijo:
– "Es increíble lo que hemos logrado juntos. Nunca pensé que podría ser tan divertido ser amigo de todos ustedes.
– "Sí, la amistad vale mucho más que cualquier guerra", agregó Josué, levantando su botella de jugo como un brindis.
– "¡Salud!" gritaron todos a la vez, riendo.
Y así, aprendieron que ser amigos es lo más valioso, y que el respeto y la comprensión son fundamentales. Aquel día, se prometieron ser siempre leales entre sí y apoyarse en todo, porque lo mejor de la vida está en compartir momentos felices con aquellos que apreciamos.
La guerra del amor se convirtió en una gran amistad, y eso fue, sin duda, el verdadero premio que cada uno había buscado toda la vida.
FIN.