La lección de Isabella



Isabella era una niña curiosa y aventurera que vivía en un pequeño pueblo de Italia. Un día, mientras caminaba por el bosque, Isabella se encontró con un hermoso arroyo cristalino.

Sin pensarlo dos veces, decidió acercarse para verlo más de cerca. Mientras jugaba en la orilla del arroyo, Isabella perdió el equilibrio y cayó dentro del agua fría. Se mojó todo su vestido y sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.

A pesar de estar asustada y empapada, no perdió la calma. - ¡Ayuda! -gritó Isabella. Afortunadamente, un grupo de niños que estaban jugando cerca escucharon sus gritos y corrieron a ayudarla. - ¿Estás bien? -preguntaron los niños preocupados.

Isabella asintió con la cabeza y les agradeció por ayudarla a salir del agua.

Después de secarse con una toalla que uno de los niños le prestó, ella se dio cuenta de algo muy importante: aunque había pasado por una situación difícil, había sido capaz de mantener la calma y pedir ayuda cuando lo necesitaba. Esa noche antes de dormir, Isabella reflexionó sobre lo sucedido durante el día.

Recordaba haberse sentido asustada al principio pero luego se dio cuenta que pedir ayuda fue una gran decisión porque le permitió salir del agua sin mayores problemas. Al día siguiente, Isabella decidió contarle a sus amigos sobre lo ocurrido para recordarles que siempre es importante mantener la calma en situaciones difíciles y pedir ayuda si es necesario.

- Chicos -dijo Isabella- ayer me caí en un arroyo y me mojé entera, pero no perdí la calma y pedí ayuda. Recuerden siempre que es mejor pedir ayuda cuando la necesitamos.

Desde ese día, Isabella se convirtió en una heroína para sus amigos. Todos aprendieron la importancia de mantener la calma y pedir ayuda cuando se encuentran en situaciones difíciles.

Y así, gracias a una pequeña aventura, Isabella enseñó a sus amigos una lección importante sobre el valor de ser valiente y tener coraje para enfrentar los desafíos del día a día.

FIN.

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