La llave mágica



Yoya era una niña curiosa que amaba leer. Cada noche, antes de dormir, se sumergía en las páginas de un libro y se dejaba llevar por la fantasía.

Le encantaban los cuentos de hadas, las aventuras en tierras lejanas y las historias con personajes increíbles. Un día, mientras leía su libro favorito, algo extraño sucedió: Yoya sintió como si el mundo a su alrededor desapareciera y se encontró dentro del cuento.

Estaba parada en medio de un bosque mágico rodeada de criaturas fantásticas. Su corazón latía con fuerza mientras observaba todo lo que la rodeaba. - ¡Wow! Esto es increíble -dijo Yoya emocionada-. Siempre quise estar aquí. Y así comenzó la gran aventura de Yoya.

Viajó por diferentes mundos imaginarios, luchó contra dragones feroces y rescató princesas en peligro. Todo parecía perfecto hasta que llegó el momento en que quería regresar a casa.

- Creo que ya es hora de volver -dijo Yoya mirando a su alrededor-. Extraño mi hogar y mi familia. Pero no encontraba la forma de salir del cuento. Intentó buscar alguna salida o portal pero todo parecía cerrado.

Comenzó a sentirse angustiada e incluso llegó a llorar pensando que nunca más volvería a ver a sus seres queridos. Fue entonces cuando apareció el Hada Madrina del cuento para ayudarla:- Querida Yoya -le dijo el Hada Madrina-, sé lo difícil que puede ser querer regresar a casa.

Pero debes recordar que siempre hay una forma de hacerlo. Solo necesitas buscar con atención. Yoya entendió el mensaje del Hada Madrina y comenzó a mirar con más detalle su entorno.

Fue entonces cuando encontró un pequeño objeto brillante en el suelo: era una llave dorada. - ¡Esto es! -gritó emocionada-. Esta llave debe ser la salida. Y así fue, Yoya usó la llave para abrir un portal mágico que la llevó de vuelta a casa.

Al volver, abrazó fuerte a su familia y les contó todas sus aventuras en los cuentos.

A partir de ese día, aprendió que siempre hay una forma de superar las dificultades si se busca con atención y se tiene fe en uno mismo. Desde entonces, Yoya siguió leyendo historias pero ya no tenía miedo de quedarse atrapada en ellas porque sabía que siempre encontraría una forma de regresar a casa.

Y así fue como vivió feliz para siempre rodeada de historias increíbles y aventuras inolvidables.

FIN.

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