La Montaña Desafiante



Celeste era una niña muy valiente y aventurera, siempre estaba buscando nuevos retos para superarse a sí misma. Un día, decidió emprender la escalada de la montaña más alta y peligrosa de todo el reino.

Con su mochila bien cargada y su determinación en alto, comenzó a caminar por el sendero que llevaba hacia la cima de la montaña.

Pero pronto se dio cuenta de que no sería tan fácil como pensaba, ya que había muchos obstáculos en su camino. En primer lugar, tuvo que atravesar un bosque oscuro y tenebroso donde vivían criaturas extrañas e inquietantes.

Allí se encontró con un duende muy astuto que le preguntó:-¿A dónde vas tú, pequeña? -A escalar la montaña más alta del reino -respondió Celeste con seguridad. -¡Ja! Eso es lo que todos dicen -se burló el duende-. Pero para llegar allí tendrás que pasar por mí primero.

Celeste no se amedrentó ante las palabras del duende y decidió enfrentarlo. Después de una lucha intensa y emocionante, logró vencerlo gracias a su astucia e ingenio.

Pero eso no fue todo: al seguir avanzando por el camino hacia la montaña, se topó con un dragón enorme y poderoso que bloqueaba el paso. -¿Quién eres tú para intentar escalar mi montaña? -rugió el dragón con voz amenazante. -Soy Celeste, una niña valiente y decidida -respondió ella sin titubear-. Y nada me detendrá hasta alcanzar mi objetivo.

El dragón se sorprendió ante la determinación de Celeste y decidió ponerla a prueba. Después de una larga batalla, en la que Celeste demostró su coraje y habilidad, el dragón finalmente cedió y le permitió continuar su camino.

Pero aún había más desafíos por delante: cuando llegó a la base de la montaña, descubrió que estaba cubierta por una densa niebla que impedía ver con claridad. Además, comenzó a escuchar extraños ruidos y voces que parecían provenir de su propia mente.

Celeste recordó entonces las palabras sabias de su abuela: "La mente es como un laberinto, lleno de ilusiones y monstruos imaginarios. Pero si tienes fe en ti misma y confías en tu intuición, podrás encontrar siempre el camino correcto".

Con esa enseñanza en mente, Celeste cerró los ojos y concentró toda su energía en visualizar el camino hacia la cima de la montaña.

Poco a poco fue despejando sus pensamientos hasta que logró ver con claridad el sendero que debía seguir. Finalmente, después de muchas horas de escalada agotadora pero emocionante, llegó a la cima de la montaña. Allí encontró un cofre dorado con una nota dentro que decía:"Felicidades, Celeste.

Has alcanzado tu objetivo gracias a tu valentía, astucia e intuición. Recuerda siempre confiar en ti misma para superar cualquier obstáculo". Celeste sonrió satisfecha al leer esas palabras.

Había aprendido una gran lección durante su aventura: nunca subestimarse a sí misma ni dejarse intimidar por los obstáculos, ya que con coraje y determinación se puede lograr cualquier cosa.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!