La pelota mágica


Era un día soleado en el campo y los cuatro nietos de Mirian, Pía, Aaron, Aby y Milo, estaban jugando al fútbol en el jardín. De repente, la pelota salió volando hacia el bosque cercano.

- ¡Oh no! -exclamó Pía-. ¡La pelota se fue muy lejos! - No te preocupes -dijo su abuela Mirian-. Vamos a buscarla juntos. Los cinco caminaron hacia el bosque y comenzaron a buscar la pelota.

Pero mientras buscaban, se dieron cuenta de que habían perdido su camino de vuelta a casa. - ¿Qué hacemos ahora? -preguntó Aaron con miedo. - Tranquilos chicos -dijo Mirian tratando de calmarlos-. Encontraremos una solución juntos. De repente, escucharon un ruido extraño detrás de ellos.

Se giraron para ver qué era y descubrieron que un zorro había estado siguiéndolos todo el tiempo. Los niños comenzaron a asustarse aún más. - ¿Qué va a pasar ahora? -preguntó Aby temblando.

Pero entonces, Mirian tuvo una idea brillante. Tomó la pelota y se la arrojó al zorro. El animal comenzó a jugar con ella felizmente y los niños se dieron cuenta de que ya no tenían miedo del zorro después de todo.

- Abuela Mirian eres genial -dijo Milo riendo mientras veía al zorro jugar con la pelota. Mirian sonrió sabiendo que había logrado distraer al animal para ayudarlos a encontrar su camino nuevamente.

Juntos caminaron por el bosque y finalmente encontraron el camino de vuelta a casa. - ¡Lo logramos! -exclamó Pía emocionada-. Y todo gracias a la idea de abuela Mirian. - Así es -dijo Aaron-.

Aprendimos que siempre podemos encontrar una solución si trabajamos juntos y usamos nuestra creatividad. Desde ese día, los nietos de Mirian aprendieron que no hay problema demasiado grande si trabajan juntos y piensan fuera de la caja. Y también aprendieron que su abuela era la mejor amiga del mundo.

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