La Piedra de la Hermandad
Era un hermoso día en el Bosque Mágico, un lugar lleno de aventuras y misterios. Lucas y Alicia, dos amigos inseparables, decidieron explorar una parte del bosque que nunca habían visitado. Mientras caminaban, la luz del sol se filtraba entre las hojas, creando un espectáculo de luces y sombras.
"- ¿Pensás que habrá algo nuevo que descubrir hoy?" preguntó Lucas, con su mirada curiosa.
"- ¡Seguro! Cada rincón del bosque es especial", respondió Alicia, entusiasmada.
Después de un rato de andar, llegaron a un claro donde encontraron una piedra brillante. Era de un color azul profundo, con destellos plateados.
"- ¡Mirá eso!", exclamó Alicia, apuntando con su dedo.
"- ¿Qué será?", se preguntó Lucas, acercándose con cautela.
Cuando tocaron la piedra al mismo tiempo, una luz intensa envolvió el claro. De repente, los árboles comenzaron a susurrar y una voz melodiosa dijo:
"- Bienvenidos, amigos. Han encontrado la Piedra de la Hermandad. ".
"- ¿Piedra de la Hermandad?" dijo Lucas, intrigado.
"- Sí. Esta piedra tiene el poder de unir corazones y fortalecer la amistad", explicó la voz.
"- ¡Eso suena increíble!", dijo Alicia.
"- Pero hay un reto", continuó la voz. "Deberán demostrar su amistad y trabajar juntos para activar su poder. Si lo logran, el bosque les ofrecerá un regalo especial."
Los dos amigos se miraron emocionados y un poco nerviosos.
"- ¿Qué tipo de reto?", preguntó Alicia.
"- Deberán cruzar el río de la Confusión y llegar hasta la Montaña de la Amistad. Por el camino encontrarán desafíos que pondrán a prueba su colaboración."
"- ¡Vamos! Podemos lograrlo juntos!", alentó Lucas.
Comenzaron su aventura y pronto llegaron al río de la Confusión.
"- ¿Cómo vamos a cruzar? No hay puente", observó Alicia, mirando las aguas rápidas.
"- Esperá, ¿y si hacemos una balsa con esas ramas?", sugirió Lucas.
"- ¡Buena idea! ¡Vamos a recoger ramas!", respondió Alicia.
Juntos, trabajaron para construir una balsa. Se dieron cuenta de que uno de ellos no podía hacer el trabajo sin el otro.
"- ¡Listo! Ahora, ¡a remar!", dijo Lucas una vez que la balsa estuvo lista.
"- ¡A la cuenta de tres!", gritaron juntos, y empezaron a remar al mismo tiempo, riendo y disfrutando del trabajo en equipo.
Lograron cruzar el río, pero no todo era fácil.
Al llegar a la ladera de la Montaña de la Amistad, encontraron un camino lleno de piedras.
"- Estas piedras son muy resbaladizas", dijo Alicia, temerosa.
"- No te preocupes, podemos ir cuidándonos mutuamente. Yo te ayudo y vos me ayudás", sugirió Lucas, dándole la mano.
Entonces, siguieron ascendiendo, cada uno ayudando al otro a mantenerse en pie. Se apoyaban y se animaban mutuamente en cada paso. Cuando finalmente llegaron a la cumbre, se sintieron muy orgullosos.
"- ¡Lo logramos!", gritó Alicia, saltando de felicidad.
"- Sí, y no podría haberlo hecho sin vos", dijo Lucas, sonriendo.
En ese momento, la Piedra de la Hermandad brilló intensamente y un brillo mágico los rodeó. La voz del bosque volvió a hablar:
"- Han demostrado verdadera amistad. Por eso, el Bosque Mágico les otorgará un regalo: cada vez que se ayuden mutuamente, su amistad será más fuerte y podrá superar cualquier obstáculo."
"- ¡Qué increíble!", exclamó Lucas, mirando a Alicia.
"- Esto es algo único. No solo es la aventura, sino todo lo que hemos aprendido juntos", concluyó Alicia, sonriendo.
Así, con el corazón lleno de alegría y un vínculo más fuerte que nunca, Lucas y Alicia decidieron regresar a casa, sabiendo que su amistad era el tesoro más valioso de todos. Desde ese día, le contaron a todos sobre la Piedra de la Hermandad, no solo como un objeto mágico, sino como un recordatorio de que juntos, siempre podrían lograr lo que se propusieran.
Y así, cada aventura en el Bosque Mágico se fue llenando de amor, compañerismo y, por supuesto, muchas más sorpresas.
Fin.
FIN.