La poesía de la amistad



Había una vez en un pequeño pueblo llamado San Antonio, dos amigos inseparables: Sofía y Tomás. Se conocían desde que eran muy chicos y compartían todo juntos, desde jugar al fútbol hasta estudiar para las pruebas.

Un día, mientras paseaban por el parque del pueblo, Sofía se detuvo frente a un cartel que anunciaba un concurso de poesía. A ella siempre le había gustado escribir y decidió inscribirse.

"¿Qué te parece si te ayudo a escribir tu poema?", preguntó Tomás entusiasmado. Sofía aceptó la ayuda de su amigo y juntos comenzaron a trabajar en el poema. Pasaron días enteros sentados en la plaza escribiendo versos y rimas hasta que finalmente lo terminaron.

El día del concurso llegó pronto y los dos amigos fueron juntos al evento. Había muchos concursantes pero cuando llegó el turno de Sofía, ella leyó su poema con seguridad y emoción.

"¡Eso fue increíble!", dijo Tomás emocionado después de que Sofía terminara de leer su poema. Finalmente, llegó la hora de anunciar al ganador del concurso. El presentador nombró a varios participantes pero ninguno era Sofía ni tampoco Tomás.

"No importa", dijo Sofía tratando de animar a su amigo quien se veía muy decepcionado por no haber ganado nada. "Lo importante es que nos divertimos mucho haciéndolo". Los meses pasaron rápidamente y antes de darse cuenta ya era Navidad en San Antonio.

La plaza estaba decorada con luces brillantes y todos los vecinos estaban emocionados por los festejos. Esa noche, Sofía y Tomás salieron a pasear por la plaza. De repente, se encontraron con un puesto de besos bajo el muérdago.

Tomás no podía dejar de mirar a Sofía a los ojos y ella tampoco podía quitarle la vista de encima. "¡Vamos! ¡Besense debajo del muérdago!", gritó el vendedor del puesto.

Sofía y Tomás se acercaron tímidamente uno al otro hasta que finalmente sus labios se juntaron en un dulce beso. Fue ahí cuando ambos se dieron cuenta de que lo que sentían era más que una simple amistad. A partir de ese momento, todo cambió entre ellos.

Se convirtieron en novios y comenzaron una nueva etapa llena de aventuras e ilusiones compartidas. Pasaron muchos años juntos, siempre apoyándose mutuamente en cada paso que daban. A pesar de las dificultades, nunca perdieron su amor ni su amistad.

Y así es como Sofía y Tomás aprendieron que el amor puede nacer desde una hermosa amistad y que lo importante es valorar las personas especiales en nuestras vidas.

FIN.

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