La Princesa Francesca y el Dragón Amistoso


Había una vez en un reino muy lejano, una hermosa princesa llamada Francesca. Francesca vivía en un castillo rodeado de jardines llenos de flores de colores brillantes y pájaros cantando alegremente.

Francesca tenía dos meses y estaba feliz porque cumplir años era algo muy especial para ella. Sus padres, Agus y Vale, estaban emocionados por celebrar su cumpleaños junto a todos sus seres queridos.

Pero lo que más emocionaba a Francesca era poder ver a su abuela Yani y a su madrina Andy, quienes la mimaban y cuidaban con mucho amor. El día del cumpleaños de Francesca finalmente llegó y el castillo se llenó de risas, música y deliciosos aromas.

Todos los invitados llevaban regalos para la pequeña princesa, pero lo que más la emocionaba era ver llegar a su abuela Yani y a su madrina Andy. "¡Abuela Yani! ¡Madrina Andy! ¡Qué alegría verlas!" -exclamó Francesca mientras extendía sus bracitos hacia ellas.

"Feliz cumpleaños, mi dulce princesita" -dijo la abuela Yani dándole un tierno beso en la mejilla. "Feliz cumpleaños, mi preciosa ahijada" -añadió la madrina Andy con una sonrisa radiante. La fiesta continuó con juegos, bailes y mucha diversión.

Pero de repente, mientras todos disfrutaban del banquete real, un fuerte estruendo se escuchó afuera del castillo. Un dragón gigante había llegado al reino causando miedo entre los habitantes.

Todos entraron en pánico excepto por la valiente Princesa Francesca quien decidió enfrentar al dragón para proteger a su familia y amigos. Con valentía se acercó al temible monstruo y descubrió que no buscaba hacer daño sino que solo quería encontrar amigos con quienes jugar.

Francesca comprendió entonces que no debemos juzgar a los demás por las apariencias y decidió invitar al amigable dragón a unirse a la fiesta. El dragón aceptó encantado y pronto se convirtió en el invitado más popular entre los presentes.

Al finalizar el día, cuando el sol comenzaba a esconderse en el horizonte, todos se reunieron para despedir al simpático dragón quien prometió volver pronto para visitar al reino nuevamente.

La Princesa Francesca aprendió que siempre es importante darle una oportunidad a aquellos que parecen diferentes o asustan al principio. Y así terminó el maravilloso cumpleaños de dos meses de la valiente Princesa Francesca, llena de amor familiar, amistad inesperada y enseñanzas importantes sobre comprensión y bondad.

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