La princesa y el unicornio perdido



Había una vez un hermoso unicornio blanco que se encontraba paseando por el bosque en la noche. Pero, de repente, se perdió y no encontraba el camino de regreso a casa.

El unicornio estaba muy triste y asustado, pero continuó caminando en busca de algún lugar seguro donde pasar la noche. De repente, apareció una princesa del mundo de los cuentos. Ella estaba buscando flores para su jardín cuando vio al unicornio perdido en el bosque.

La princesa se acercó al animal y le preguntó si necesitaba ayuda. "¿Estás perdido?", preguntó la princesa con voz dulce. El unicornio asintió con su cabeza y comenzó a llorar lágrimas de diamante.

La princesa sintió mucha pena por el animalito y decidió ayudarlo llevándolo a su castillo para que pudiera descansar allí esa noche. El unicornio llegó al castillo muy contento y reconfortado por haber encontrado un lugar seguro donde dormir.

La princesa lo alimentó con manzanas frescas y lo acostó en una cama cómoda hecha especialmente para él. Al día siguiente, la princesa despertó temprano para ir a ver al unicornio. Pero cuando llegó a su habitación, noto que ya no estaba allí.

"¡Oh no! ¿Dónde estás mi querido amigo?", exclamó la princesa preocupada mientras buscaba por todo el castillo sin éxito alguno. La princesa empezaba a desesperarse cada vez más hasta que escucharon un ruido extraño proveniente del jardín del castillo.

Al salir corriendo, vieron al unicornio corriendo felizmente por el jardín. "¡Mi querido amigo! ¿Dónde estuviste todo este tiempo?", preguntó la princesa emocionada.

El unicornio le explicó que había salido a dar un paseo por el jardín y se había quedado dormido bajo un árbol. La princesa estaba muy contenta de tenerlo de vuelta y decidió que nunca más lo dejaría solo. Desde ese día en adelante, el unicornio vivió feliz en el castillo de la princesa.

Ella lo cuidaba con mucho amor y cariño, mientras él la protegía de cualquier peligro que pudiera surgir. Y así, aprendimos que siempre debemos ayudar a los demás cuando están perdidos o necesitan nuestra ayuda.

Y si lo hacemos con amor y dedicación, todos podemos encontrar nuestro camino hacia casa.

FIN.

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