La Princesa y los Duendes del Bosque



Había una vez en el reino de Andruya, una princesa llamada Sara. Ella era la hija del rey y la reina, y estaba destinada a convertirse en la futura reina de su país.

Sin embargo, un día llegó un malvado hechicero que robó el trono y expulsó a la familia real del palacio. Sara y sus padres se vieron obligados a huir del reino para salvar sus vidas.

Durante años vivieron escondidos en el bosque cercano al castillo, pero nunca perdieron la esperanza de recuperar lo que les pertenecía. Un día, mientras paseaba por el bosque, Sara encontró unos pequeños duendes que vivían allí.

Al principio ella se asustó un poco, pero pronto se dio cuenta de que eran amigables y simpáticos. Los duendes le contaron a Sara sobre su hogar en el bosque y cómo habían aprendido a sobrevivir allí.

Sara se hizo amiga de los duendes y comenzó a visitarlos regularmente para escuchar sus consejos e historias divertidas. Con su ayuda, ella comenzó a planear cómo recuperar su trono. "¿Qué podemos hacer para derrotar al hechicero malvado?"- preguntó Sara preocupada.

"Podemos ayudarte con nuestras habilidades mágicas" -dijo uno de los duendes sonriendo"Pero necesitamos tu liderazgo".

Sara sabía que no podía ganar sola contra el hechicero poderoso, así que decidió formar un equipo con todos los amigos que había hecho durante sus años en el bosque: los duendes, un grupo de animales del bosque y otros seres mágicos que habían encontrado en su camino. Juntos, comenzaron a planear cuidadosamente cada movimiento para recuperar el trono. Después de muchas semanas de preparación, llegó el día en que finalmente atacarían al hechicero.

La batalla fue intensa y peligrosa. El hechicero usaba sus poderes para defenderse y atacar con ferocidad. Pero gracias a la astucia de Sara y la ayuda de sus amigos, lograron vencer al malvado hechicero.

Con el trono recuperado, Sara se convirtió en la nueva reina del reino Andruya. Ella se esforzó por gobernar bien a su pueblo y hacer justicia para todos.

Y aunque nunca olvidó a sus amigos del bosque, continuó visitándolos regularmente para compartir historias divertidas y aprender más sobre la magia que les rodeaba.

De esta manera, Sara aprendió una valiosa lección: no importa cuán difícil parezca algo o cuánto tiempo tome alcanzarlo, siempre puedes lograr tus objetivos si trabajas duro y tienes buenos amigos que te apoyen en el camino.

FIN.

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