La valentía de Josefina



Había una vez, en un pequeño hospital de Buenos Aires, una instrumentadora quirúrgica llamada Josefina. Ella era muy responsable y siempre se aseguraba de que todo estuviera perfecto antes de comenzar una cirugía.

Un día, mientras se preparaba para una operación importante, Josefina circuló sus equipos y se lavó las manos como siempre lo hacía. Pero al regresar a la sala de cirugía y verificar los indicadores químicos, notó algo extraño: no habían virado correctamente.

Esto significaba que los equipos no estaban completamente esterilizados y no eran seguros para ser utilizados en la cirugía.

Josefina sabía que tenía dos opciones: seguir adelante con los equipos defectuosos o tomar el tiempo necesario para cambiarlos por otros nuevos y seguros. Aunque esto implicaría un retraso en la operación, Josefina sabía que la seguridad del paciente era lo más importante. Entonces, sin dudarlo, Josefina decidió cambiar todos los equipos defectuosos por otros nuevos.

Tomó cada uno de ellos y los reemplazó cuidadosamente mientras seguía todas las medidas de higiene necesarias. Mientras realizaba esta tarea minuciosa, llegaron sus colegas a la sala de cirugía.

El doctor Juanito preguntó preocupado: "Josefina ¿por qué te está llevando tanto tiempo? La operación debería comenzar pronto". Josefina sonrió amablemente y le explicó: "Doctor Juanito, nuestros indicadores químicos no han virado correctamente hoy. Esto significa que nuestros equipos no están esterilizados como deberían estar.

Es mucho más seguro sustituirlos por otros nuevos antes de iniciar cualquier procedimiento". El doctor Juanito se sorprendió por la decisión de Josefina, pero también admiraba su dedicación y preocupación por la seguridad del paciente. "Tienes toda la razón, Josefina", dijo.

"La seguridad siempre debe ser nuestra prioridad. Esperaremos el tiempo que sea necesario para tener equipos esterilizados adecuadamente".

Después de un breve retraso, Josefina finalmente terminó de cambiar todos los equipos defectuosos y asegurarse de que todo estuviera en perfectas condiciones para comenzar la cirugía. La operación fue un éxito y el paciente se recuperó rápidamente gracias al excelente trabajo en equipo y a la diligencia de Josefina.

Desde ese día, todos en el hospital aprendieron una valiosa lección: nunca debemos comprometer la seguridad del paciente por querer ahorrar tiempo o evitar contratiempos. La responsabilidad y el cuidado son fundamentales en cualquier profesión relacionada con la salud.

Y así, Josefina se convirtió en un ejemplo a seguir para todos sus compañeros, demostrando que tomar decisiones correctas puede marcar una gran diferencia en las vidas de las personas.

FIN.

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