La valentía de Troor y Lucas
Había una vez en el hermoso pueblo de Nelvosce, un niño llamado Troor. Troor era curioso y aventurero, siempre buscando nuevas emociones y descubrimientos.
Un día, mientras jugaba en el bosque cercano a su casa, se encontró con un misterioso objeto brillante. Troor tomó el objeto entre sus manos y de repente ¡desapareció! Cuando abrió los ojos nuevamente, se dio cuenta de que estaba perdido en un lugar desconocido.
El paisaje era extraño y oscuro, lleno de árboles retorcidos y sombras amenazadoras. Asustado pero decidido a encontrar la manera de regresar a casa, Troor comenzó a caminar por el extraño lugar. Mientras exploraba, escuchó un ruido proveniente detrás de unos arbustos.
Con cautela se acercó y descubrió que había otro niño perdido allí. "¡Hola! Soy Troor", dijo él con una sonrisa amigable. El niño miró asustado pero al ver la amabilidad en los ojos de Troor decidió responder: "Yo soy Lucas".
Juntos exploraron aquel mundo desconocido tratando de encontrar una salida. Pero para su sorpresa, no solo estaban perdidos sino que también había un monstruo acechando en las sombras.
Ambos niños sabían que debían mantenerse juntos y encontrar una solución para escapar del monstruo antes de que fuera demasiado tarde. Decidieron construir una trampa utilizando ramas y piedras que encontraron cerca del camino.
Mientras trabajaban duro para construir la trampa, Lucas le preguntó a Troor: "¿Cómo sabes tanto sobre construir trampas?"Troor sonrió y respondió: "Mi papá es un explorador, siempre me enseña cosas útiles". Finalmente, la trampa estuvo lista. Troor y Lucas se escondieron cerca de ella, esperando a que el monstruo apareciera.
No pasó mucho tiempo antes de que escucharan un ruido fuerte acercándose. El monstruo apareció rugiendo y cayó en la trampa. Los niños celebraron su éxito mientras el monstruo luchaba por liberarse. Rápidamente aprovecharon la oportunidad para escapar corriendo hacia la dirección opuesta.
Mientras corrían, Troor dijo: "Lucas, ¿sabes qué? A veces las situaciones difíciles nos muestran lo valientes que podemos ser". Lucas asintió con una sonrisa en su rostro y respondió: "Tienes razón, Troor. Juntos pudimos enfrentar al monstruo y encontrar una salida".
Después de mucho correr, finalmente encontraron un portal brillante que los llevó de regreso a Nelvosce. Los dos niños estaban felices de estar seguros en casa nuevamente.
Desde ese día, Troor y Lucas se convirtieron en grandes amigos y compartieron muchas más aventuras juntos. Aprendieron que trabajar en equipo y mantenerse positivos puede ayudarnos a superar cualquier desafío que se presente.
Y así, gracias a su valentía e ingenio, Troor y Lucas demostraron que incluso cuando te encuentras perdido o enfrentando mounstros inesperados en tu camino, siempre hay una manera de volver a casa sano y salvo.
FIN.