La valiente tortuga del bosque encantado


Había una vez en un bosque encantado, un pequeño y valiente niño tortuga llamado Elias Salvatore.

Todos los días, Elias debía cruzar el bosque para llegar a su colegio, pero en el camino se encontraba con diferentes desafíos que lo ponían a prueba. Un día, mientras caminaba con paso lento pero seguro, se topó con un imponente oso que bloqueaba su camino. El oso gruñó y le dijo: "¿A dónde crees que vas, pequeña tortuga?".

Elias respondió con valentía: "Voy al colegio, señor oso. Por favor, déjame pasar". El oso lo miró sorprendido por la determinación del niño y decidió apartarse.

Al continuar su camino, una serpiente se deslizó frente a él y le advirtió: "Cuidado conmigo, pequeña tortuga. Soy venenosa". Elias asintió con respeto y le pidió permiso para seguir adelante. La serpiente quedó impresionada por la educación de Elias y le permitió avanzar.

Más adelante, un árbol gigante bloqueaba el sendero de Elias. El árbol crujía sus ramas amenazadoramente, pero Elias supo que no era malvado. Le preguntó al árbol qué le pasaba y éste confesó estar cansado de estar solo.

Elias prometió visitarlo más seguido y el árbol dejó pasar al niño sin problemas. De repente, una rosa rodeada de espinas apareció en su camino. La rosa estaba triste porque nadie quería acercarse a ella por miedo a las espinas.

Elias se acercó con cuidado y le demostró que no tenía nada que temerle. La rosa sonrió por primera vez en mucho tiempo.

Luego de superar estos desafíos iniciales, llegaron nuevos obstáculos como un fiero león, un caballo salvaje e indomable, un conejo veloz como el viento; todos ellos pusieron a prueba la astucia y amabilidad de Elias.

Finalmente, tras sortear una araña tejedora experta en laberintos engañosos y un sabio búho nocturno lleno de enigmas misteriosos; todos los personajes se dieron cuenta del coraje y bondad que emanaban del corazón de Elias Salvatore. "Eres realmente admirable", dijo el búho sabiamente. "Nunca pensé encontrar tanta valentía en una tortuga", agregó la araña. "Perdón por haberte subestimado", admitió humildemente el león.

"Eres más fuerte de lo que pareces", murmuraron los demás animales asombrados.

Así fue como aquellos diez personajes tan dispares decidieron acompañar a Elias en su trayecto diario hacia el colegio formando una hermosa amistad basada en el respeto mutuo y la solidaridad. Desde ese día en adelante, cada mañana juntos enfrentaban nuevos retos pero siempre unidos como verdaderos amigos dispuestos a ayudarse unos a otros sin importar las diferencias que pudieran tener.

Y colorín colorado este cuento ha terminado ¡Que viva la amistad entre todas las criaturas del bosque!

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