La verdad de Lola
Había una vez en la escuela "La Alegría", una niña llamada Lola, que estaba súper enamorada de su compañero de curso, Facundo. Durante mucho tiempo, Lola había sufrido por amor, ya que Facundo no parecía corresponderle.
Pero un día, para sorpresa de todos, Facundo le pidió a Lola que fuera su novia y ella aceptó con mucha alegría.
Desde ese momento, se les veía juntos en cada rincón del colegio: compartían la merienda en el patio, se sentaban juntos en clase y se daban tiernos abrazos al finalizar las clases. Todos estaban felices de ver a Lola tan radiante y enamorada.
Un día, durante el recreo, mientras yo observaba desde lejos a mis amigos jugar y reírse juntos, algo inesperado sucedió. Vi a Facundo acercarse a otra niña de otro curso y darle un beso en la mejilla.
Mi corazón se apretó al ver la escena y pensé en cómo explicarle esto a mi amiga Lola sin lastimarla. Decidí hablar con mi amiga Clara para buscar consejo sobre qué hacer en esta situación tan complicada. Clara me dijo: "Lo mejor es ser sincero con tu amiga y contarle lo que viste sin dramatizar".
Con esas palabras resonando en mi mente, fui hacia donde estaba Lola. —"Lola" , le dije con cuidado, "necesito contarte algo que vi durante el recreo". "¿Qué pasa?", preguntó ella con curiosidad.
"Vi a Facundo darle un beso en la mejilla a otra chica", confesé sintiendo cómo las palabras salían pesadas de mis labios. Lola me miró sorprendida por un momento antes de responder: "Gracias por decírmelo. Voy a hablar con él para saber qué pasó".
Después del recreo, vi a Lola hablar seriamente con Facundo detrás del gimnasio. No podía escuchar lo que decían pero sus gestos eran serios y decididos. Finalmente, vi cómo se abrazaban al terminar la conversación.
Al día siguiente en el colegio, noté que Lola estaba más tranquila y sonriente nuevamente.
Me acerqué a ella para preguntarle cómo estaba todo y me respondió: "Facundo me explicó que esa chica es solo una amiga muy cercana y que el beso fue un gesto inocente sin ninguna intención romántica". Entendí entonces que las apariencias pueden ser engañosas y que es importante comunicarse abierta y sinceramente para resolver malentendidos. Aprendimos juntas sobre la importancia de la confianza mutua en una relación.
Desde ese día, nuestra amistad creció aún más fuerte gracias a la honestidad y comprensión entre nosotras. Y aunque los problemas puedan surgir ocasionalmente en nuestras vidas, siempre sabremos enfrentarlos juntas como verdaderas amigas inseparables. Y colorín colorado...
¡este cuento ha terminado!
FIN.