Las Aventura de las Heroínas del Hospicio



Era una mañana soleada en el Hospicio de Niñas, donde vivían varias pequeñas que formaban una gran familia. Entre ellas, se encontraba Lila, una niña con cabellos rizados y ojos curiosos. Lila no sabía que en su décimo cumpleaños iba a enfrentar un gran cambio en su vida.

"¿Te imaginás que vamos a salir del hospicio?" - dijo Sofía, su mejor amiga, mientras mostraba su emoción.

"No sé, Sofía. ¿Y si nos llevan a un lugar donde no somos tan queridas?" - respondió Lila con preocupación.

Las niñas, además de convivir, tenían un sueño: querían ser valientes heroínas que transformaran el mundo. Eso las mantenía unidas, pero la incertidumbre del futuro comenzaba a pesar sobre ellas.

El día del cumpleaños de Lila llegó. Era un día diferente, ya que una funcionaria del gobierno iba a visitar el hospicio.

"Chicas, escuchen, hay buenas noticias. Mañana vamos a tener una audiencia con la señora Marta, una funcionaria que se preocupa por nosotras" - anunció la cuidadora, Tina, tratando de calmar la inquietud en sus corazones.

Las pequeñas se miraron entre sí, un poco confundidas, pero emocionadas por la oportunidad.

Al siguiente día, se prepararon para la visita.

"Tengo un nudo en la panza, no sé si podré hablar" - dijo Mariana, la más tímida del grupo.

"No te preocupes, si no hablas yo lo haré por vos. Juntas somos más fuertes" - la alentó Lila.

El ambiente se llenó de nerviosismo cuando la señora Marta llegó. Era alta, con un abrigo colorido y una sonrisa que irradiaba amabilidad.

"¡Hola, niñas! Estuve escuchando su historia y quiero que sepan que les estoy muy agradecida por ser tan valientes. Juntas podemos hacer que su futuro sea brillante" - dijo Marta con sinceridad.

Con esa primera conversación, las niñas comenzaron a abrirse. Lila tomó la iniciativa y respondió.

"Nosotras no queremos ser llevadas a un lugar triste, queremos seguir siendo amigas y soñar juntas".

"Eso es lo que yo quiero también. Hay nuevos programas que buscan hogares donde puedan crecer y aprender, pero siempre con el apoyo de un grupo que las proteja. Ustedes podrán seguir juntas si así lo deciden" - explicó Marta.

Las palabras de Marta fueron como un suplemento de esperanza. Sin embargo, la atención estaba en el futuro. Algunas pensaban en las nuevas normas que podían cambiar sus vidas. La idea de ser trasladadas al Asilo parecía menos aterradora tras escuchar a Marta, pero el deseo de mantenerse juntas continuaba latiendo en sus corazones.

Después de varias reuniones, surgió la propuesta de un hogar de acogida. Unos días después, Marta les dio la noticia definitiva.

"He estado hablando con muchas familias que quieren adoptar a niñas maravillosas como ustedes. Sería maravilloso contar con un programa donde ustedes pueden formar un nuevo hogar, pero siempre en grupo. ¿Qué piensan?" - preguntó emocionada.

"¡Queremos! ¡Queremos!" - gritaron todas al unísono, llenas de entusiasmo.

La idea de formar una familia, incluso si significaba dejar el hospicio, no las atemorizaba tanto. Lila, con una sonrisa brillante, pensó en un futuro lleno de sueños cumplidos.

Así, en un giro inesperado de sus vidas, las niñas lograron encontrar un hogar que las aceptaba juntas. Fue un camino lleno de altibajos, pero con el apoyo de Marta y sus nuevas familias, Lila, Sofía y Mariana nunca dejaron de ser las valientes heroínas que siempre habían deseado ser.

Cada día era una nueva aventura; desde aprender a cocinar hasta realizar actividades en la escuela. Lo que habían temido se convirtió en un nuevo capítulo lleno de risas, amor y amistad.

Al final, comprendieron que los cambios, aunque a veces asustan, también pueden traer grandes oportunidades. Y siempre recordarán sus días en el Hospicio como los que cimentaron el valor de su unión y amistad.

Y así, Lila y sus amigas continuaron su camino hacia el futuro, como verdaderas heroínas de sus propias historias.

FIN.

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