Las Aventuras de Lina y su Regla mágica



En un pequeño pueblo lleno de colores, vivía una niñita llamada Lina. Lina tenía una gran pasión por dibujar; siempre llevaba consigo su cuaderno y lápices de colores. Un día, mientras exploraba en el ático de su abuela, encontró una regla antigua que brillaba con una luz mágica.

"¿Qué será esto?" - se preguntó Lina, sosteniendo la regla con curiosidad.

Decidió llevarla a su casa. Esa noche, al intentar dibujar, notó que la regla hacía cosas sorprendentes. Cuando dibujó una línea recta, ésta dejó una estela brillante, y al trazar una curva, esa curva se volvió viva, girando y danzando sobre el papel.

"¡Mirá, Lucas!" - gritó Lina al llamar a su amigo Lucas, que vivía al lado. "¡Dibujé una curva! ¡Vino a la vida!"

"Guau, eso es increíble, Lina!" - dijo Lucas, con los ojos como platos.

A medida que dibujaban juntos, las formas se hacían parte de su mundo real. Crearon un reino donde todo era posible: un sol redondo, árboles curvos y caminos rectos. Pero una noche, mientras exploraban su mundo de formas, se encontraron con una figura extraña. Era una Línea Recta, pero no era como las que habían dibujado.

"¡Deténganse!" - dijo la Línea Recta con voz autoritaria. "Voy a borrar todas esas curvas. Todo debe ser ordenado y recto, como yo."

"¡No, espere!" - exclamó Lina. "Las curvas son divertidas y llenas de vida. ¡No podemos perderlas!"

La Línea Recta, sin escuchar, comenzó a trazar líneas a su alrededor. Todo lo que tocaba se volvía plano y aburrido. Lina y Lucas miraron aterrados cómo su mágico mundo empezaba a desvanecerse.

"Debemos hacer algo, Lina. ¡No podemos permitir que todo se vuelva recto!" - dijo Lucas, decidido.

Lina pensó rápidamente y recordó cómo las curvas y las líneas rectas podían complementarse al dibujar juntas. "Si hacemos un gran dibujo con ambas, quizás podamos convencer a la Línea Recta de que hay espacio para todos."

Así que, poniendo todo su esfuerzo, comenzaron a dibujar. Hicieron un enorme sol que brillaba con líneas rectas alrededor y suaves curvas que representaban las nubes.

"¿Ves? Podemos ser distintos, pero aún así ser parte de algo hermoso" - dijo Lina, mientras trazaba más formas.

Cuando la Línea Recta vio el dibujo, se sorprendió. "¡Es hermoso! Nunca había imaginado que podía existir un lugar donde las líneas rectas y las curvas coexistieran."

Lina y Lucas sonrieron, aliviados. "¡Sí! Con trabajar juntos, podemos hacer maravillas."

La Línea Recta se unió a ellos y pronto, todas las formas, tanto rectas como curvas, comenzaron a bailar juntas. El mundo mágico volvió a cobrar vida, más vibrante que nunca.

"¿Ves, Lina? ¡No hay nada de malo en ser diferente!" - dijo Lucas.

"Exacto, Lucas. Las diferencias nos hacen únicos y juntos podemos crear algo espectacular." - respondió Lina.

Desde ese día, la Línea Recta, Lina y Lucas trabajaron en armonía, creando un hermoso mundo de formas donde todos fueron bienvenidos. Apredieron que en la diversidad de las líneas, tanto las rectas como las curvas, había una variedad de formas de expresión que enriquecían el arte y la amistad.

Y así, Lina y su regla mágica siguieron dibujando y en sus creaciones, siempre había un espacio para todos, porque en el gran lienzo de la vida, cada línea y cada curva tiene su lugar especial.

FIN.

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