Lola, la vaca de leche rosada


Lola era una vaca muy especial. A diferencia de las demás vacas, ella daba leche rosada. Pero lo más extraordinario de Lola no era su leche, sino su personalidad. A Lola le encantaba hacer amigos.

En el campo, siempre estaba buscando compañeros para jugar y compartir. Pero a pesar de su amabilidad, algunos animales se burlaban de su leche rosada. Esto entristecía a Lola, pero nunca dejaba de buscar la amistad de todos los animales del campo.

Un día, mientras caminaba por el bosque, Lola conoció a Mateo, un zorro muy astuto. Al principio, Lola desconfiaba de él, pero Mateo le demostró que era un amigo leal.

Juntos, recorrieron el campo, conociendo a otros animales que, a pesar de la extrañeza de su leche, aceptaban a Lola tal como era. Con el apoyo de sus nuevos amigos, Lola descubrió que su diferencia la hacía única y especial.

Aprendió a valorarse a sí misma y a comprender que la verdadera amistad va más allá de las apariencias. Desde ese día, Lola disfrutó de la compañía de sus amigos, compartiendo juegos, risas y, por supuesto, su deliciosa leche rosada.

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