Los guardianes del río Mijares



había una vez dos niños llamados Lucas y Sofía que vivían en un pequeño pueblo cerca del río Mijares. Un día, mientras paseaban por el camino hacia la Sierra de Espadán, escucharon unos ruidos extraños provenientes del agua.

- ¡Lucas, mira! - exclamó Sofía emocionada - ¡Son nutrias! Los niños se acercaron sigilosamente al río y vieron a tres adorables nutrias nadando y jugando entre sí.

Estaban tan entusiasmados que decidieron seguir a las nutrias para ver a dónde iban. Las nutrias nadaron río arriba hasta llegar a la base de la imponente Sierra de Espadán. Los niños los siguieron con cuidado, evitando hacer ruido para no asustarlas.

Al llegar a la sierra, las nutrias se adentraron en un frondoso bosque lleno de alcornoques y pinos. - ¡Guau! - exclamó Lucas maravillado - Este lugar es increíblemente hermoso. Sofía sonrió y asintió con entusiasmo.

Juntos exploraron el bosque, trepando árboles y saltando sobre piedras en el arroyo cristalino que fluía por allí. Descubrieron plantas exóticas y animales curiosos como mariposas multicolores y ardillas juguetonas. Mientras caminaban por el sendero del bosque, encontraron una señal que decía: "Cuida la naturaleza".

Esto hizo reflexionar a los niños sobre lo importante que era proteger el medio ambiente para mantenerlo limpio y saludable para todos los seres vivos. Decidieron reagarrar la basura que encontraron en el camino y prometieron no tirar nunca más desperdicios en la naturaleza.

Además, Lucas y Sofía aprendieron sobre la importancia de conservar los bosques y cómo estos ayudan a limpiar el aire y proporcionan hogar a muchas especies. Mientras continuaban su aventura, escucharon un ruido proveniente de un arbusto cercano.

Al acercarse para investigar, vieron a una pequeña cría de ciervo atrapada entre las ramas. - ¡Pobrecito! - exclamó Sofía preocupada - Tenemos que ayudarlo.

Con mucho cuidado, los niños liberaron al ciervo bebé de las ramas y lo observaron correr felizmente hacia su mamá. Estaban felices de haber podido ayudar a un animalito indefenso. A medida que avanzaban por el bosque, descubrieron un hermoso lago rodeado de flores silvestres.

En ese momento, se dieron cuenta de que habían dejado atrás a las nutrias. - ¡Oh no! - dijo Lucas preocupado - ¿Dónde estarán? Los niños siguieron las huellas dejadas por las nutrias hasta encontrarlas jugando cerca del lago.

Las nutrias parecían felices de verlos nuevamente y comenzaron a nadar alrededor de ellos como si estuvieran jugando juntos. Lucas y Sofía entendieron entonces que esa era una señal de gratitud por haberlas seguido sin hacerles daño ni asustarlas.

Se sintieron muy emocionados y contentos por haber tenido esta experiencia única con las nutrias y aprender tanto sobre la importancia del cuidado del medio ambiente. Al final del día, los niños se despidieron de las nutrias y prometieron volver a visitarlas en otro momento.

Regresaron a su pueblo con una nueva conciencia sobre la importancia de cuidar la naturaleza y compartieron sus experiencias con sus amigos y familiares.

Desde aquel día, Lucas y Sofía se convirtieron en guardianes de la naturaleza, ayudando a limpiar el río Mijares y enseñando a otros niños sobre la importancia de proteger el medio ambiente.

Y así, gracias a su aventura en la Sierra de Espadán, Lucas y Sofía aprendieron que cada pequeña acción puede marcar la diferencia cuando se trata de cuidar nuestro planeta.

FIN.

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