Los Pives y la Aventura del Cuadrado Mágico



En un pequeño barrio de Buenos Aires, cuatro amigos inseparables, Alejandro, Alonso, Bruno y Roberto, se juntaban cada tarde en el parque a jugar. Cada uno tenía su propio talento: Alejandro era el más creativo y siempre tenía ideas originales; Alonso era un gran narrador de historias; Bruno, el más fuerte, adoraba el deporte; y Roberto era un maestro de los acertijos.

Un día soleado, mientras exploraban un rincón del parque que nunca habían visto, encontraron un extraño objeto. Era un cuadrado brillante, de colores azules y verdes que flamaban a la luz del sol.

"Qué cosa rara, che… ¿qué será?" - preguntó Bruno, tocando el cuadrado.

De pronto, una voz profunda resonó desde el cuadrado.

"Soy la Entidad Exe, guardian de la aventura. Si querés jugar, debés superar tres desafíos. ¡Al que logre su prueba, le concederé un deseo!" - dijo la voz.

Los pives se miraron entre sí, sus ojos brillaban de emoción.

"¡Vamos, esto suena divertido!" - exclamó Alejandro.

El primer desafío fue un juego de creatividad. Tenían que inventar una historia en 5 minutos. Cada uno debía aportar una frase.

"Había una vez un Dragón que quería ser bailarín," - comenzó Alonso, inspirándose.

"Pero no podía porque era un dragón, así que decidió practicar en secreto," - continuó Bruno, entusiasmado.

"Un día, conoció a una mariposa que le enseñó a danzar," - continuó Roberto con un brillo en sus ojos.

Fantasearon con el dragón y la mariposa hasta que el tiempo se acabó.

"¡Listo! ¡Gran historia!" - gritaron al mismo tiempo.

La voz de la Entidad Exe sonó nuevamente.

"¡Muy bien! Han superado el primer desafío. Ahora, el segundo: ¡resolver un acertijo!" - dijo.

Roberto se adelantó, emocionado por la oportunidad de mostrar su habilidad.

"Estoy listo, dispara el acertijo. Estoy seguro de que lo resolveremos todos juntos."

La Entidad Exe formuló su pregunta:

"¿Qué es más liviano que una pluma, pero aún el hombre más fuerte no puede sostenerlo por mucho tiempo?"

Los pives comenzaron a pensar juntos, tratando de encontrar la respuesta. Después de unos momentos de confusión, Alonso dijo:

"¡La respiración!"

La voz estalló en una risa profunda.

"Correcto, pives. ¡Han superado el segundo desafío! Ahora, para el último desafío: una prueba de fuerza, pero no solo física. También debe haber trabajo en equipo. Tienen que mover esas piedras hasta el otro lado del parque sin empujarlas o golpearlas. Solamente usando su inteligencia."

Los niños miraron las piedras, un montón de rocas de diferentes tamaños, y pensaron.

"¿Y si usamos la cuerda?" - sugirió Bruno.

"¡Exacto! Y con cuidado, podemos hacer un lazo y arrastrarlas!" - agregó Alejandro.

Así, uniendo fuerzas, armaron un sistema de cuerdas que les permitió mover las piedras con cuidado. Tras unos minutos, lograron llevar todas al otro lado del parque.

La Entidad Exe los observó atentamente.

"Han demostrado gran creatividad, lógica y trabajo en equipo. ¡Felicitaciones! Ustedes superaron los tres desafíos! Ahora, elijan su deseo."

Los pives se miraron, reflexionando. Cada uno tenía un deseo en mente, pero al final decidieron pedir algo que beneficiara a su comunidad.

"Queremos un parque nuevo para todos los chicos del barrio, con muchos juegos y espacios verdes donde podamos jugar juntos ampliamente," - dijeron al unísono.

La Entidad Exe sonrió.

"¡Un deseo desinteresado! A partir de ahora, su comunidad tendrá ese parque. Y recuerden, la verdadera magia está en la amistad y en trabajar juntos por los demás."

Desde ese día, los pives se convirtieron en héroes en su barrio, pero no solo por haber pedido un parque nuevo, sino por seguir haciendo cosas juntos, crear historias y nunca dejar de soñar. Sabían que la verdadera aventura siempre estaba en la amistad y en los buenos momentos compartidos.

FIN.

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