Los regalos mágicos del bosque



Había una vez en el país de los Sentidos, cinco amigos muy especiales: Oído, Gusto, Olfato, Tacto y Vista. Vivían juntos en una casita rodeada de un hermoso jardín lleno de flores de todos los colores y aromas.

Un día, mientras paseaban por el jardín, descubrieron un misterioso camino que los llevó a un bosque encantado. Estaban emocionados por la aventura que les esperaba. - ¡Qué emocionante es esto! -exclamó Vista, maravillada por la belleza del lugar.

- ¡Sí! Y puedo escuchar el canto de los pájaros -dijo Oído con alegría. - ¡Y yo puedo oler las flores más dulces que he sentido! -agregó Olfato entusiasmado.

- ¡Miren esas texturas tan interesantes en los árboles! -señaló Tacto tocando la corteza rugosa. - ¿Y si probamos las frutas que están ahí? Seguro son deliciosas -propuso Gusto emocionado. Así, cada uno de los amigos exploraba el bosque usando sus propios sentidos.

Pero al llegar al centro del bosque encontraron algo inesperado: una fuente mágica que brillaba con colores radiantes y emitía música celestial. Estaban fascinados por lo que veían y escuchaban. - ¡Esto es increíble! Nunca había visto algo así -exclamó Vista asombrada.

- Es como si la música pudiera saborearse en el aire -comentó Gusto extasiado.

De repente, la fuente comenzó a brillar aún más y una voz suave resonó en todo el bosque:- Queridos amigos de los Sentidos, han demostrado ser valientes y sabios al explorar este bosque encantado. Como recompensa, cada uno recibirá un regalo especial basado en su sentido dominante. Pero recuerden siempre trabajar juntos para apreciar plenamente la belleza del mundo que los rodea.

Entonces, Oído recibió unos auriculares mágicos que le permitían escuchar melodías celestiales; Gusto obtuvo una varita mágica que convertía cualquier comida en manjares exquisitos; Olfato fue obsequiado con un perfume especial que le recordaba siempre las fragancias más hermosas; Tacto recibió unos guantes mágicos que le permitían sentir la suavidad o rugosidad de cualquier superficie; y Vista fue premiada con unos anteojos especiales que realzaban la belleza natural del mundo a su alrededor.

A partir de ese día, los cinco amigos aprendieron a valorar no solo sus propios sentidos sino también los de los demás. Trabajando juntos lograron disfrutar plenamente de todas las maravillas que el mundo les ofrecía.

Y así vivieron felices para siempre en su casita rodeada de flores y aromas inolvidables.

FIN.

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