Max, el perro responsable



Había una vez un perro llamado Max, que vivía en una casa muy linda con su familia. Max era un perro juguetón y siempre estaba lleno de energía.

Un día, mientras la mamá de Max limpiaba la casa, él decidió salir al jardín a jugar. Pero en lugar de quedarse quieto como le habían pedido, Max comenzó a hacer travesuras. Primero, vio el tendedero lleno de ropa limpia y se acercó sigiloso.

¡Zas! Tiró todas las prendas al suelo y empezó a correr entre ellas como si fueran montañas divertidas.

La mamá salió corriendo cuando escuchó el ruido y exclamó: "¡Ay, Max! ¿Qué has hecho?" Pero el perrito solo movió la cola felizmente, pensando que había hecho algo muy divertido. Luego de eso, Max encontró una manguera en el jardín. Se acercó despacito hacia ella y comenzó a morderla sin parar.

El agua salió disparada por todos lados y empapó a Max de pies a cabeza. La mamá volvió a aparecer gritando: "¡Max! ¡Ya basta!" Pero él solo saltaba contento bajo la lluvia improvisada.

Después de tanto corretear y hacer travesuras, llegaron los amigos del papá de Max para tomar mate en el jardín. Todos estaban sentados tranquilos disfrutando del sol cuando apareció nuestro amigo animal. Max vio los mates sobre una mesita baja y no pudo resistirse.

Con su nariz empujó uno accidentalmente haciendo que todos los demás cayeran al suelo. ¡Qué susto se llevaron! Los amigos del papá de Max se rieron mucho y dijeron: "¡Qué travieso eres, Max!" Pero el perrito solo movió la cola felizmente, pensando que había hecho algo muy divertido.

Después de todas sus travesuras, Max decidió que era hora de descansar. Se acercó a su camita y se durmió profundamente, soñando con las aventuras del día. Cuando despertó, vio a su familia mirándolo con una sonrisa en el rostro.

Todos le daban palmaditas y le decían: "Eres un perro muy divertido, Max". Y él sabía que aunque había hecho muchas travesuras, siempre sería amado por su familia.

Desde ese día, Max aprendió que hacer travesuras está bien siempre y cuando no haga daño a nadie ni rompa cosas importantes. Y así vivió feliz junto a su familia, disfrutando de cada momento juntos. Y colorín colorado, este cuento ha terminado.

FIN.

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