Nahim y el Sapito Valiente


Había una vez una niña llamada Nahim, a quien le encantaba jugar en el jardín de su casa. Pero había algo que la asustaba mucho: ¡los sapos! Cada vez que veía uno, Nahim gritaba y corría asustada.

Un día, mientras Nahim jugaba en el jardín, vio un pequeño sapito saltando cerca de ella. Sin pensarlo dos veces, se levantó rápidamente y comenzó a correr hacia la casa. Pero esta vez algo diferente sucedió.

El sapito la siguió saltando detrás de ella. "¡Mamá, mamá! ¡Hay un sapo siguiéndome!", exclamó Nahim asustada al llegar a la puerta de su casa. Su mamá salió al jardín y vio al sapito allí parado mirándolas con sus grandes ojos redondos.

En lugar de espantar al sapo como solían hacerlo antes, su mamá sonrió y dijo:"Tranquila Nahim, los sapos no son tan malos como crees. Son criaturas pequeñas e inofensivas que también forman parte de nuestro mundo.

"Nahim se acercó tímidamente al sapito y lo observó detenidamente. El sapo no parecía querer hacerle daño; simplemente estaba curioso por conocerla. Con el tiempo, Nahim empezó a pasar más tiempo en el jardín junto con el sapito.

Descubrió lo divertido que era verlo saltar entre las flores y escuchar su gracioso croar por las noches. Una tarde, mientras jugaban juntos en el jardín, el cielo se nubló y comenzó a llover.

Nahim sintió miedo de que el agua lastimara al sapito. "¡Oh no! ¡El pobrecito sapito va a mojarse!", exclamó preocupada. Pero para sorpresa de Nahim, el sapito abrió un paraguas colorido que tenía escondido entre las hojas y bailaron bajo la lluvia protegidos por él.

"¡Qué ingenioso eres amigo Sapito!", rió Nahim emocionada. Desde ese día, Nahim ya no le temió más a los sapos.

Aprendió a respetar a todas las criaturas del jardín y disfrutaba cada momento jugando con su nuevo amigo Sapito bajo la lluvia o al sol brillante.

Y así fue como la valiente Nahim superó su miedo gracias a la amistad inesperada con un simpático sapo que le enseñó que incluso aquello que nos da miedo puede convertirse en algo maravilloso si nos atrevemos a darle una oportunidad.

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