Náufraga en busca del tesoro



Había una vez una chica llamada Sofía que siempre soñaba con volar en un avión y conocer el mundo. Un día, su sueño se hizo realidad cuando sus padres la llevaron a un viaje por Europa.

Sofía estaba emocionada por todo lo que iba a ver y experimentar. Después de unas horas de vuelo, el avión empezó a temblar fuertemente y los pasajeros comenzaron a gritar. Sofía se asustó mucho y cerró los ojos con fuerza.

Cuando abrió los ojos nuevamente, se dio cuenta de que estaba sola en una isla desierta rodeada de agua. No sabía cómo había llegado allí ni qué había pasado con su familia y los demás pasajeros del avión.

Sofía sintió miedo al principio, pero luego decidió que tenía que hacer algo para sobrevivir. Caminó por la playa buscando comida y agua, construyó un refugio con palmeras y ramas secas, e incluso aprendió a encender fuego.

Un día, mientras buscaba frutas en el bosque cercano, escuchó unos ruidos extraños provenientes de detrás de unos arbustos. Con cautela se acercó lentamente hasta encontrar a un grupo de animales jugando juntos. - ¡Hola! -saludó ella tímidamente. - ¡Hola! -respondieron ellos sorprendidos.

- Soy Sofía ¿y ustedes? - Somos los animales amigos -dijo el león sonriendo-. Vivimos aquí desde hace mucho tiempo. - Estoy sola en esta isla ¿ustedes me pueden ayudar? -preguntó Sofía esperanzada.

- Claro que sí -dijo el mono-. Te enseñaremos cómo sobrevivir en la isla y te mostraremos los lugares más hermosos. - ¡Sí! -exclamó Sofía feliz. Los animales amigos se convirtieron en los mejores compañeros de Sofía.

Le enseñaron a pescar, a recolectar frutas y plantas comestibles, y le mostraron escondites secretos donde ella podía encontrar tesoros naturales. Un día, mientras exploraban una cueva misteriosa, encontraron un mapa antiguo que indicaba la ubicación de un tesoro escondido.

Sofía estaba emocionada por la idea de encontrarlo y decidió seguir las instrucciones del mapa junto con sus amigos animales.

Después de varios días de caminar por el bosque y nadar por ríos peligrosos, finalmente encontraron el tesoro escondido: una caja llena de semillas exóticas que podrían salvar vidas en todo el mundo. Sofía se sintió orgullosa de sí misma por haber encontrado algo tan valioso para la humanidad.

Decidió construir una balsa con materiales naturales para regresar al continente y compartir las semillas con todos los habitantes del planeta. Cuando llegó a casa después de muchos días navegando en su balsa hecha a mano, fue recibida como una heroína.

Todos estaban asombrados por su valor y determinación para sobrevivir en la isla desierta y encontrar algo tan importante para toda la humanidad. Sofía aprendió muchas cosas durante su aventura: cómo sobrevivir en situaciones extremas, cómo hacer nuevos amigos incluso cuando parece imposible, y cómo hacer una diferencia positiva en el mundo.

Y aunque extrañaba a sus amigos animales, sabía que siempre estarían en su corazón como los mejores compañeros de aventuras que había tenido nunca.

FIN.

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