No soy Messi, pero soy yo



Joaquin era un niño muy especial. Desde pequeño, tenía una gran pasión por el fútbol y soñaba con ser como su ídolo Lionel Messi.

Todos los días, después de la escuela, corría al parque para jugar con su pelota. Pero había un problema: Joaquin no quería jugar con los niños de su edad. Él se sentía más cómodo jugando solo y haciéndose pasar por Messi en sus juegos imaginarios.

Un día, mientras pateaba la pelota contra una pared del parque, vio a un grupo de niños de su edad jugando juntos. Joaquin sintió una punzada en el corazón al darse cuenta que él nunca había tenido amigos para jugar.

- ¿Por qué ellos pueden tener amigos y yo no? -se preguntó tristemente. Decidió acercarse a ellos tímidamente y preguntar si podía unirse al juego. Pero cuando lo hizo, los otros niños comenzaron a reírse y burlarse porque Joaquin era mucho más chico que ellos.

Joaquin se sintió aún peor que antes. Corrió llorando hasta su casa sin saber qué hacer.

Su mamá lo abrazó fuerte para consolarlo y le dijo:- Hijo mío, es normal sentirse mal cuando las cosas no salen como uno quiere. Pero siempre hay una solución. ¿Qué te parece si mañana intentas hablar con esos niños otra vez? Joaquin asintió lentamente aunque todavía se sentía inseguro sobre cómo enfrentar nuevamente esa situación difícil.

Al día siguiente volvió al parque decidido a hacer nuevos amigos pero esta vez decidió probar algo diferente: se acercó a un niño que estaba sentado solo y le preguntó si quería jugar con él.

Para su sorpresa, el niño aceptó de inmediato y juntos comenzaron a jugar. Poco a poco, otros niños se fueron acercando al grupo y Joaquin se dio cuenta de algo importante: todos los niños querían jugar juntos sin importar la edad o habilidad en el fútbol.

- ¿Cómo te llamas? -preguntó uno de los niños más grandes del grupo. - Me llamo Joaquin -respondió tímidamente. - ¡Genial! Entonces serás nuestro Messi personal -dijo otro niño emocionado. Joaquin sonrió por primera vez en mucho tiempo.

Por fin había encontrado amigos con quienes compartir sus juegos y su amor por el fútbol. Y lo mejor de todo, había descubierto que no tenía que ser Messi para ser aceptado sino simplemente ser él mismo.

FIN.

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