Protegiendo a nuestros amigos animales



Había una vez dos niños llamados Ihan y Ariana, quienes vivían en un pequeño pueblo rodeado de hermosos bosques y animales salvajes.

A ambos les encantaba pasar su tiempo libre explorando la naturaleza y cuidando de los animales que encontraban. Un día, mientras caminaban por el bosque, escucharon un estruendo muy fuerte proveniente del pueblo. Se apresuraron a llegar allí y descubrieron que los adultos estaban preparando una gran celebración con juegos pirotécnicos para esa noche.

Ihan y Ariana se acercaron a uno de los adultos y le preguntaron: "¿Sabes que los fuegos artificiales asustan mucho a los animales? Podrían lastimarse o incluso morir por el ruido". El adulto sonrió condescendientemente y respondió: "No te preocupes, niños.

Los fuegos artificiales son solo diversión. Los animales estarán bien". Los niños no estaban convencidos. Sabían que debían hacer algo para proteger a sus amigos animals.

Decidieron ir casa por casa para informar a todos sobre el daño que podían causar los juegos pirotécnicos. Visitaron cada hogar del pueblo explicando con entusiasmo las consecuencias negativas de utilizar fuegos artificiales cerca de la vida silvestre. Algunos adultos escucharon atentamente e incluso decidieron cancelar sus planes de usarlos.

Sin embargo, no todos prestaron atención a las advertencias de Ihan y Ariana. Un grupo de jóvenes decidió seguir adelante con su plan original sin importarles lo que dijeran los niños.

Esa noche, mientras el cielo se iluminaba con luces deslumbrantes, Ihan y Ariana decidieron actuar. Se dirigieron al bosque para proteger a los animales de los ruidos fuertes y las explosiones. Usando su ingenio, construyeron pequeños refugios improvisados para los animales más vulnerables del bosque.

Colocaron mantas y almohadas en lugares seguros donde pudieran esconderse cuando comenzaran los fuegos artificiales. Cuando finalmente comenzaron los juegos pirotécnicos, el estruendo llenó el aire.

Los animales se asustaron mucho y corrieron hacia los refugios que Ihan y Ariana habían preparado. Los niños miraban con alegría mientras veían a sus amigos animals sentirse a salvo en medio del caos.

Sabían que habían hecho una diferencia y que todos deberíamos ser conscientes del daño que pueden causar nuestros actos en la vida silvestre. Al día siguiente, el pueblo estaba lleno de gratitud hacia Ihan y Ariana por su valiente acción.

Los adultos entendieron la importancia de cuidar a los animales y prometieron no usar fuegos artificiales cerca de ellos nuevamente. Desde ese día en adelante, cada vez que había una celebración especial, el pueblo optaba por alternativas más seguras como luces brillantes o espectáculos de láser que no asustaban ni dañaban a los animales.

Ihan y Ariana se convirtieron en héroes locales, pero lo más importante es que enseñaron a todos sobre la importancia de respetar y proteger a nuestros amigos animals.

Juntos demostraron que incluso siendo niños, podían marcar la diferencia y crear un mundo más amable para todos los seres vivos.

FIN.

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