Sergio, el pavo valiente
Había una vez en un hermoso bosque, un pavo llamado Sergio.
Sergio era un pavo muy especial, ¡pero no por su plumaje colorido ni por su canto melodioso! No, Sergio era conocido en todo el bosque como "Sergio el pavo pavoso ;)", porque siempre estaba tropezando y cayéndose. Un día, mientras caminaba por el bosque, Sergio tropezó con una raíz y cayó de bruces al suelo. Se levantó rápidamente y se sacudió las plumas con vergüenza.
En ese momento, escuchó unas risitas a lo lejos. Eran los otros animales del bosque que se burlaban de él. "¡Miren a Sergio el pavo pavoso ;) biennn! Siempre cae y se golpea", se reían los conejos.
"¡Qué torpeza la tuya, Sergio!", se burlaban las ardillas. Sergio se sintió triste y avergonzado. Decidió alejarse del grupo y buscar ayuda para no volver a caerse nunca más.
Fue entonces que encontró a Martín, un sabio búho que vivía en lo alto de un árbol centenario. "Hola, Martín", saludó Sergio tímidamente. "Hola, joven pavo ¿qué te trae por aquí?", preguntó amablemente Martín.
Sergio le contó a Martín sobre sus constantes tropiezos y caídas, y cómo eso lo hacía sentir mal frente a los demás animales del bosque. Martín escuchó atentamente y luego le dijo: "Sergio, la clave para no tropezar está en aprender a mirar hacia adelante en lugar de estar preocupado por lo que pasa alrededor.
Debes concentrarte en tus pasos y tener confianza en ti mismo". Sergio siguió los consejos de Martín y practicaba todos los días caminar sin distraerse con lo que ocurría alrededor. Poco a poco fue mejorando su equilibrio y coordinación.
Un día, mientras caminaba cerca del río, vio que una familia de patitos estaba en problemas: uno de ellos había caído al agua y no podía salir.
Sin dudarlo ni temblar (por primera vez), Sergio corrió hasta el borde del río e extendió sus alas para ayudar al patito atrapado. Con valentía logró rescatarlo sano y salvo antes de que fuera arrastrado por la corriente fuerte del río.
Los demás animales observaron asombrados la hazaña de Sergio el pavo pavoso ;). Desde ese día, todos empezaron a verlo con otros ojos: ya no solo como "el torpe" sino como un héroe valiente capaz de superar cualquier obstáculo.
Y así fue como Sergio descubrió que ser diferente no era malo; solo tenía que aprender a aceptarse tal como era y creer en sí mismo para lograr grandes cosas.
FIN.