Sofía y el sapo valiente
Había una vez en un reino muy lejano, una hermosa princesa llamada Sofía que se enfrentaba a un gran problema.
Desde hacía meses, su reino estaba siendo atacado por un malvado dragón que destruía todo lo que encontraba a su paso. Sofía estaba muy preocupada y no sabía qué hacer para salvar a su pueblo. Un día, mientras caminaba por el bosque cercano al castillo, se encontró con un pequeño sapo verde que parecía hablarle.
"Princesa Sofía, no te preocupes más. Yo puedo ayudarte", dijo el sapo. Sofía sorprendida respondió: "¿Cómo puedes ayudarme tú? Eres solo un sapo". "En realidad soy mucho más que eso", respondió el sapo.
"Soy un héroe disfrazado de sapo y estoy aquí para salvarte". La princesa no podía creer lo que ocurría pero decidió confiar en él. El héroe le explicó cómo debían actuar juntos para vencer al dragón. "Primero necesitamos amor", dijo el héroe.
"Debemos demostrarle al dragón nuestro cariño y compasión para poder entenderlo mejor". La princesa comenzó a pensar en cómo podría mostrar amor hacia alguien tan malvado como ese dragón pero decidió seguir los consejos del héroe.
Luego llegó la hora del miedo: "Ahora debemos enfrentarnos al dragón pero sin perder nunca el miedo porque nos mantendrá alertas y preparados", dijo el héroe. Sofia temblaba ante la idea de enfrentarse al monstruo pero siguiendo las palabras del heroico sapo, se preparó para la gran lucha.
"Y finalmente necesitamos enojo", dijo el héroe. "Debemos estar enojados pero no con el dragón sino con su comportamiento y lo que está haciendo a nuestro reino".
La princesa comprendió que debía canalizar su enojo de forma positiva y utilizarlo para vencer al dragón. Así, armados con amor, miedo y enojo, Sofía y el héroe enfrentaron al dragón.
La princesa demostró compasión hacia él mientras le explicaba cómo sus acciones estaban dañando al reino; mantuvo siempre el miedo presente para poder estar alerta ante cualquier ataque sorpresa del monstruo; y utilizó su furia de forma constructiva para derrotar al malvado dragón.
Gracias a la valentía y la sabiduría del heroico sapo disfrazado, Sofía logró salvar a su pueblo de una terrible amenaza. Desde aquel día, ella aprendió que las emociones son importantes pero es necesario saber controlarlas para poder utilizarlas de manera efectiva.
FIN.