Sofía y la magia navideña



Había una vez una niña llamada Sofía, que vivía en un pequeño pueblo de Argentina. Se acercaba la época navideña y todos estaban emocionados preparando sus adornos y regalos.

Pero Sofía no se sentía igual de emocionada que los demás. Sofía era una niña muy introvertida, siempre guardaba sus emociones para sí misma. Nunca expresaba lo que sentía, ya fuera alegría, tristeza o enojo. Siempre decía "estoy bien" cuando alguien le preguntaba cómo se sentía.

Un día, mientras paseaba por el mercado navideño del pueblo, Sofía vio a un anciano sentado en un banco con los ojos llenos de lágrimas.

Se acercó a él y le preguntó:- Disculpe señor, ¿por qué está llorando? El anciano miró a Sofía y respondió:- Estoy recordando a mi familia que ya no está conmigo en esta época tan especial. Sofía sintió empatía por el anciano y pensó en su propia familia.

Recordó las veces que había querido contarles cómo se sentía pero nunca lo hacía. Decidió entonces hacer algo diferente este año. Quería expresar sus emociones durante la Navidad para mostrarle a su familia cuánto los amaba.

Cuando llegó a casa esa tarde, Sofiá buscó papel y lápiz y comenzó a escribir cartas para cada uno de sus seres queridos. En cada carta les contaba lo mucho que significaban para ella y cómo se sentían realmente por dentro.

La noche de Nochebuena llegó rápido y Sofiá estaba nerviosa por entregar las cartas. Todos estaban reunidos alrededor del árbol de Navidad, intercambiando regalos y sonrisas. Sofiá tomó una profunda respiración y comenzó a repartir sus cartas.

Uno por uno, cada miembro de su familia leyó su carta con lágrimas en los ojos. Sofiá se dio cuenta de que expresar sus emociones no solo la hacía sentirse mejor, sino que también tocaba los corazones de los demás.

A medida que pasaban los días, Sofiá notó un cambio en su familia. Ya no había miedo ni vergüenza para expresar lo que sentían. Todos se abrazaban más seguido y decían "te quiero" sin reservas.

La navidad siguiente fue aún más especial para Sofiá y su familia. No solo habían aprendido a expresarse mutuamente, sino que también habían extendido esa enseñanza a quienes les rodeaban. Sofiá se dio cuenta de lo importante que era compartir nuestras emociones con aquellos que amamos.

Aprendió a valorar el poder sanador del amor y la empatía durante la época navideña. Desde entonces, todos los años Sofiá escribía cartas llenas de amor y gratitud para recordarle a su familia cuánto significaban para ella.

Y siempre se aseguraba de decirles "te quiero" cada día, sin importar la ocasión.

Y así fue como una pequeña niña argentina enseñó a todos la importancia de expresar nuestras emociones durante la Navidad, creando un ambiente lleno de amor y comprensión en su hogar y en todo el pueblo.

FIN.

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