Sonrisas en Alegría



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Alegría, donde todos sus habitantes vivían felices y contentos. En este lugar, la Felicidad era una hada mágica que se encargaba de esparcir alegría por doquier con su varita brillante.

Todos los días, La Felicidad recorría las calles del pueblo regalando sonrisas a grandes y chicos. Un día, mientras La Felicidad volaba por el parque principal del pueblo, vio a Lucas, un niño triste que jugaba solo en un rincón.

Intrigada, se acercó a él y le preguntó: "¿Por qué estás tan triste, querido Lucas?". "Es que no tengo amigos para jugar", respondió el niño con voz apagada.

La Felicidad sintió su corazón enternecerse al ver la carita triste de Lucas y decidió ayudarlo. Con un toque mágico de su varita, creó una cometa brillante y le dijo: "Con esta cometa podrás hacer amigos mientras juegas en el parque".

Los ojos de Lucas se iluminaron de emoción al recibir aquel regalo inesperado. Rápidamente comenzó a correr por el parque con su nueva cometa volando alto en el cielo.

Pronto, otros niños se acercaron curiosos para admirar la hermosa cometa y antes de darse cuenta ¡estaban todos jugando juntos! La Felicidad observaba desde lejos con una sonrisa en su rostro al ver a Lucas tan feliz junto a sus nuevos amigos.

Pero de repente, algo inesperado ocurrió: una nube negra empezó a cubrir el cielo soleado del pueblo. Todos los habitantes miraban preocupados aquella nube oscura que amenazaba con arruinar su felicidad. La Felicidad sabía que debía actuar rápido para devolver la alegría al pueblo de Alegría.

Con determinación, voló hacia la nube negra y descubrió que se trataba de Tristeza, un duende malhumorado que robaba la alegría de las personas. "¡Deja en paz a nuestro pueblo! ¡Queremos ser felices!", exclamó La Felicidad enfrentando valientemente a Tristeza.

El duende gruñó molesto pero La Felicidad no se dio por vencida. Con cada destello luminoso de su varita logró disipar poco a poco la oscuridad que envolvía Alegría hasta que finalmente el sol brilló nuevamente en lo alto.

Los habitantes del pueblo salieron jubilosos a las calles celebrando la victoria sobre Tristeza gracias al valor y bondad de La Felicidad. Desde ese día, Lucas y sus amigos aprendieron lo importante que es compartir momentos felices juntos para combatir cualquier sombra de tristeza.

Y así fue como en Alegría reinó la felicidad eterna gracias al amor y magia de La Felicidad.

FIN.

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