Un nuevo comienzo



emocionada por esta nueva etapa en su vida. Sin embargo, también siente tristeza por la pérdida de su querida áila. El primer día de clases llegó y Carmen se encontró con otros niños de su edad.

La maestra, la señorita Laura, les dio la bienvenida y los invitó a sentarse en círculo para presentarse. "- ¡Hola a todos! Soy Carmen y tengo 4 años", dijo Carmen tímidamente.

Los demás niños se presentaron también y pronto comenzaron a jugar juntos en el patio del colegio. Aunque Carmen estaba feliz de hacer nuevos amigos, aún extrañaba mucho a áila.

Un día, mientras jugaban en el patio del colegio, un niño llamado Lucas le preguntó a Carmen:"- ¿Por qué estás siempre triste?"Carmen bajó la cabeza y le contó sobre su perrita áila que ya no estaba con ella. Lucas escuchó atentamente y luego sonrió. "- ¡Tengo una idea! -exclamó-.

Mi abuela tiene una perra muy juguetona que se llama Lola. Podrías venir a conocerla este fin de semana". Carmen se emocionó ante la posibilidad de tener un nuevo amigo animal. Así que aceptó encantada la invitación de Lucas.

El sábado llegó rápidamente y Carmen fue junto a sus padres hasta la casa de Lucas para conocer a Lola. Al llegar, una pequeña bola negra llena de energía saltó sobre ella ladrando emocionada. "- ¡Hola Lola! -dijo Carmen riendo-.

Eres igual de traviesa como lo era mi áila". Desde ese día, Carmen visitaba regularmente a Lola e incluso comenzó a llevarla al parque. Juntas jugaban y se divertían, creando nuevos recuerdos especiales.

Con el tiempo, Carmen comenzó a comprender que aunque áila ya no estaba físicamente con ella, siempre viviría en su corazón y en sus recuerdos. Y Lola se convirtió en una nueva compañera de juegos que le enseñaba la importancia de seguir adelante y disfrutar cada momento.

En la escuela, Carmen también encontró consuelo y amistad en sus compañeros de clase. A medida que crecía, aprendió a valorar los momentos felices compartidos con aquellos que amaba. Ahora, Carmen es una niña feliz y llena de energía.

Sigue recordando a áila con cariño mientras juega con Lola y disfruta de su tiempo en la escuela rodeada de amigos.

A través de esta historia, los niños aprenderán sobre el proceso natural del duelo y cómo encontrar consuelo en nuevas experiencias y relaciones. Además, les enseñará el valor de la amistad y cómo superar las tristezas para seguir adelante con alegría.

FIN.

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