Victoria y la Casa Embrujada

Victoria era una niña valiente y astuta, conocida por su inquebrantable determinación. Un día, sus amigos Carla, Juan y Tomás la invitaron a explorar una misteriosa casa abandonada que decían estar embrujada.

A pesar de tener miedo, Victoria aceptó, decidida a proteger a sus amigos. Al entrar a la casa, rápidamente descubrieron que algo no estaba bien. Puertas que se cerraban solas, extraños ruidos y sombras que se movían por las paredes.

"¡Debemos encontrar la salida lo antes posible!" exclamó Victoria. Juntos, se adentraron en la casa, enfrentando desafíos aterradores. En un giro inesperado, descubrieron que la casa estaba habitada por el espíritu de un viejo gardelero que había fallecido años atrás.

Victoria tuvo una idea brillante: recordó que el gardelero era amante de los girasoles. Con esta información, buscaron pistas y encontraron un jardín secreto lleno de girasoles. Al presentarle los girasoles al espíritu, se disipó la oscuridad y la casa dejó de estar embrujada.

Victoria y sus amigos lograron escapar, fortaleciendo su amistad y desterrando el miedo. De regreso a casa, Victoria les recordó a sus amigos la importancia de la valentía, la creatividad y el trabajo en equipo para superar cualquier desafío.