Eslain y la Brillante Luz
Había una vez, en una mágica tierra llamada Luminar, un pequeño demonio llamado Eslain. A diferencia de los demás demonios, que siempre estaban tramando travesuras y desastres, Eslain tenía un corazón lleno de bondad y una curiosidad insaciable por el mundo que lo rodeaba.
Un día, mientras paseaba por el bosque encantado, Eslain vio algo increíble: una luz brillante que danzaba entre los árboles. "¿Qué será eso?"- se preguntó, emocionado. Sin pensarlo dos veces, decidió seguir la luz.
Mientras corría, se encontró con un grupo de criaturas mágicas que también estaban intrigadas por lo que estaba sucediendo. Había un pequeño duende llamado Lino, una elegante hada llamada Brisa y un sabio anciano llamado Grom. Juntos, decidieron investigar la misteriosa luz.
"Yo creo que es un hechizo de alegría"- dijo Brisa, sonriendo con sus alas brillantes.
"O tal vez un dragón travieso"- añadió Lino, haciendo una mueca.
"No perdamos tiempo, veamos qué es realmente"- sugirió Grom, con un guiño de sabiduría.
Al acercarse, los amigos descubrieron que la luz provenía de un cristal mágico que había caído de un viejo árbol. El cristal era el Corazón de Luminar, una joya que mantenía la felicidad en la tierra. Sin embargo, un hechizo había hecho que se ocultara, y aquella luz era una señal de que algo debía hacerse.
"¡Debemos devolverlo al árbol!"- exclamó Eslain, decidido.
"Pero no será fácil"- advirtió Grom.
"El camino está lleno de desafíos y Puede que tengamos que enfrentarnos a nuevos seres para lograrlo"- agregó Brisa, frunciendo el ceño.
Sin desanimarse, el grupo se puso en marcha. Pronto se encontraron con una tortuga gigante llamada Tugo, que bloqueaba el camino.
"¡Deténganse! No pueden pasar sin resolver mi acertijo"- dijo Tugo con voz grave.
"Estamos aquí para ayudar a Luminar"- explicó Eslain.
"Entonces, escuchen: ¿qué es lo que crece con cada pérdida pero brilla al ser compartido?"- preguntó la tortuga.
Eslain reflexionó profundamente. Después de un momento, sonrió."¡Es la felicidad! Cuanto más la compartimos, más crece en nuestros corazones."-
"¡Correcto!"- dijo Tugo, sonriendo. "Pueden pasar."-
Al llegar al árbol donde debería estar el Corazón de Luminar, se dieron cuenta de que estaba cubierto de sombra.
"¿Cómo vamos a hacer que el corazón regrese a su hogar si no podemos acercarnos?"- se preguntó Lino, preocupado.
"La luz del cristal puede vencer la sombra, pero necesitamos unir nuestras fuerzas para generar luz y amor"- respondió Brisa.
Unidos, decidieron compartir historias que hacían reír a todos, luego comenzaron a bailar y cantar, llenando el aire de alegría. Poco a poco, la sombra empezó a desaparecer.
"¡Lo logramos!"- gritó Lino, mientras una energía radiante comenzaba a emerger de ellos, envolviendo el cristal.
"¡Vamos, Eslain! ¡Devuélvelo al árbol!"- animó Grom.
Con su pequeño pero valiente corazón, Eslain levantó el cristal y corrió hacia el árbol. Al tocarlo, el cristal comenzó a brillar intensamente. El árbol, agradecido, pidió un deseo a los amigos por cada rayo de luz que sentía.
"Juntos, hemos creado algo maravilloso: un mundo donde la bondad siempre ilumina la oscuridad"- dijo el árbol, envolviendo a todos en un calido abrazo.
De ese día en adelante, Eslain y sus amigos descubrieron que lo que realmente importaba era compartir alegría y amor, porque cuando un demonio gentil, unos mágicos amigos y un sagrado árbol trabajan juntos, cualquier sombra puede superar a la luz, y cada corazón puede brillar más con la bondad.
Y así, el pequeño Eslain aprendió que, a veces, aunque se vea diferente, la bondad siempre puede florecer en los lugares más inesperados. Y la luz siempre será más poderosa que la oscuridad.
FIN.